lunes, 27 de agosto de 2018

El Despertador



Nora era una chica muy responsable, ordenada y muy organizada. No hacía nada si antes no había pensado bien las consecuencias, además de todo era muy puntual. Por eso tenía una alarma para evitar quedarse dormida jamás, sin embargo, un día dejó de funcionar. Aterrada porque sabía que su sueño era muy pesado, salió corriendo a comprar un despertador. 

Camino a la tienda de artículos para el hogar pasó por una venta de antigüedades, todo parecía bastante agradable, y comenzó entonces a curiosear. Desde el fondo apareció una señora algo tosca y desarreglada, de modales poco agradables que le preguntó a la chica qué quería. En realidad Nora no buscada nada en especial, pero su amabilidad le llevó a contar lo que le había sucedido. 

La señora cambió de pronto su manera de ser, mostrándose más amable y cariñosa llevó a Nora hasta un mostrador. Le enseño un gran despertador, brillante, hermoso y viejo pero con apariencia de nuevo. Lo puso a sonar y el sonido de la alarma fue música para los oídos de Nora. Quedó encantada y sin pensarlo dos veces se lo llevó. 

Desde que lo compró funcionó perfectamente. Nora se levantaba puntualmente para ir al trabajo. Incluso comenzó a usarlo para indicar acciones importantes del día mientras estaba en casa. Lo extraño es que Nora ya no tenía la misma fuerza, el mismo ímpetu. Estaba cansada, ojerosa, sin ánimo de nada. Una mañana se vio en el espejo y miró el reflejo de aquella señora malhumorada de la tienda de antigüedades. Por alguna razón decidió ir a conversar con ella. 

Se sorprendió mucho al ver a una dama elegante, bien vestida, hermosa. No lo creía pero era la misma. Al contarle lo sucedido la señora se compadeció y le contó. El problema es el despertador, tiene vida y sin darte cuenta no te deja dormir, le señaló. No lo puedes regalar, tienes que dárselo a alguien que le guste, le llame la atención. Mientras tanto deberás seguir con él y te despertará sin que te des cuenta cada vez que le provoque. Es el demonio y su intención es acabar contigo.

5 comentarios:

  1. pobre chica,vamos y la de la tienda no tuvo ningún cargo de conciencia al pasarle semejante marrón a la muchacha...

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  2. Pobre chica, yo se lo regalo al primero que pase

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  3. madre mía que maldición tenía el reloj, pero se supo quien era su verdadero dueño??

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  4. Opino lo mismo que verónica, se le doy al primero que vea muy a mi pesar pero se lo doy

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  5. pf... difícil decisión no tienes salida, puede pasar mucho tiempo que alguien le vea y le guste pero eso va a seguir pasando de personas a personas, alguna solución debería de haber...

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