El mal de ojo es la creencia en el poder perverso que otra persona, o grupo de personas, puede utilizar para castigar a un tercero. El escritor y periodista Joaquín Bastús, en el siglo XIX, escribía en su libro La sabiduría de las naciones que el mal de ojo provenía de la palabra griega que hacía reseña a la envidia: "de aquellos que nos miran con mal ojo".
Por increíble que parezca, hasta la sabia civilización griega ya se refería al mal de ojo como un "poder" que podía provocar las más terribles maldades.
Cuando se indaga en el origen del malde ojo suele hacerse referencia a otras creencias y dichos populares, como la causa del “En martes no te cases, ni te embarques”, “No es pobre el que tiene poco, sino el que desea mucho” o “La experiencia es la madre de la ciencia”.
En lo que se refiere al mal de ojo, Bastús nos cuenta que para evitarlo, los antiguos griegos y los coetáneos a su época como los etruscos o los escitas, "tomaban con el dedo un poco de cieno del fondo de los baños o estanques, y señalaban o marcaban con él la frente de los jóvenes".
Ya en tiempos de pensadores como Teócrito o Plinio, se pensaba que el mejor método para para desviar la envidia o el mal de ojo era escupir en el propio seno. Curioso, ¿verdad?
Las veces que e tenido mal de ojo, y ni siquiera sabía de donde provenía
ResponderEliminarque interesante, muy bueno el articulo
ResponderEliminarque bueno y que curioso no sabía que tuviera una procedencia especifica
ResponderEliminarno debería ni de existir....
ResponderEliminarQue interesante, pero vamos una creación muy mala, solo sirve para hacer daño
ResponderEliminarExactamente eso no sirve para nada...
ResponderEliminarno sabia de donde venia, muy curioso la verdad
ResponderEliminarme han parecido muy curiosos los métodos que tenían para quitarlo
ResponderEliminarUn mal muy tipico, y muchos no sabiamos de su procedencia. Muy muy curioso!
ResponderEliminarsiempre he pensado que alguien me ha echado un mal de ojos, pero lo que no imaginaba era su procedencia...
ResponderEliminar