El triunfo empieza por creer posible aquello que tanto
deseamos. Decidir y actuar en consecuencia constituye la primera medida para
conseguir lo que se quiere; pero, por sobre todo, para descartar de nuestra
mente pensamientos negativos.
Todo aquél que triunfa en la vida lo consigue a base de
voluntad y esfuerzo. Por supuesto, que hay factores externos e internos que nos
ayudan; pero lo cierto es que el deseo profundo, sumado a la coherencia en
nuestras actitudes, son las bases de cualquier emprendimiento.
Por otra parte, sin pensamiento positivo, es decir, sin una
visión de incentivo psicológico y espiritual que nos ayude a seguir y a
enfrentar los obstáculos, no lograremos alcanzar la prosperidad y el éxito. Esa
visión puede aprenderse y cultivarse. Aquí le decimos cómo ejercitarla.
“SER PRÓSPERO” NO ES “TENER SUERTE”
Si se fija bien, el título de la nota así lo anuncia: una
persona puede ser próspera por herencia familiar, porque ganó la lotería o por
otros golpes de suerte que favorecen su vida. Sin embargo, no puede decirse que
esa persona tenga “capacidad de prosperidad”.
Porque la capacidad de prosperidad o de “ser próspero” es la
actitud, el modo de pensar y de vivir que hace que una persona se acerque al
triunfo y a las ganancias de manera continuada.
Así, aunque a veces logre lo que desea y a veces no, lo
importante es que su mente se encuentre en sintonía positiva y esté dispuesta a
accionar para seguir tras sus objetivos.
Por eso, si usted quiere ser próspero, lo primero que tiene
que hacer es volverse apto y capaz de acceder a esa prosperidad. Lo importante
es hacer y no apresurarse por el resultado.
LAS 3 FASES DEL CAMINO AL ÉXITO
Michael Losier, experto en programación neurolingüística y
consultor espiritual, establece tres pasos esenciales para la prosperidad y el
éxito: 1. Identificar el deseo; 2. Prestarle atención y respetarlo; 3.
Permitírselo como realidad.
Aquí le ayudaremos a desarrollarlas.
1. Identificar el deseo
“No sé lo que quiero, pero sé lo que no quiero” dice Andrés
Calamaro en una de sus canciones. De acuerdo con el pensamiento positivo, la
actitud correcta es la contraria: enfocarse en lo que no se desea dirige la
energía hacia esas cargas de negatividad y, en consecuencia, resta fuerza para
concentrarse en los anhelos, en lo que uno “sí quiere”.
Por eso, si no le va muy bien, piense en los “no quiero” que
forman parte de su vida e invierta su sentido: allí encontrará una pista para
empezar a armar una serie de deseos que tiene en su interior, pero a los que no
les ha dado palabra ni lugar de acción.
Escriba una lista de todos sus “no quiero” y, al costado,
cámbielos por lo que sí quiere de verdad.
2. Prestar atención y respetar el deseo
Este paso consiste en otorgar vibraciones positivas al deseo
positivo y concreto. No dejarlo a un lado, no postergar su cumplimiento ni
restarle importancia en el resto de sus metas. El pensamiento positivo sólo
tiene buenos resultados cuando usted se concentra en esos objetivos y no los
pierde de vista.
Para hacer efectivo este paso, Losier propone que se formule
una “Declaración de deseos”.
Es decir, escribir en un papel —puede ser en una columna
paralela a la de sus deseos identificados anteriormente— que, a partir de la
fecha, usted está en camino de atraer con su pensamiento esas cosas que quiere
obtener.
En ese mismo papel, escriba oraciones que relacionen sus
emociones con sus objetivos, por ejemplo: “Me entusiasma mucho pensar que
encontraré un trabajo con mejor sueldo”, o “Me estimula mucho saber que, si
trabajo duro estos meses, luego podré pedir un ascenso o un aumento”. Conéctese
con esas metas desde el corazón; después encontrará el mejor modo de trabajar
por ellas.
Reescribir, corregir y releer su “declaración de deseos” le
permitirá conectarse con sus objetivos más preciados y aumentar las vibraciones
positivas que los harán realidad.
3. Permitirse el deseo
Aunque esto parezca obvio, muchas personas no se autorizan
para desear y considerar válido lo que quieren. Esta actitud es la peor enemiga
de la prosperidad, porque anula toda intención y acción para lograr un
resultado exitoso.
Por eso, el último paso para el pensamiento positivo es
darse un permiso, totalmente merecido, para trabajar por lo que se quiere.
Permitirse el deseo implica quitarle todo tipo de vibración
negativa: esto es, cualquier sentimiento de duda, de rechazo o de “autoboicot”
a eso que se quiere conseguir .
Por ello, si usted quiere ser próspero, no debe dudar de su
capacidad de conseguir lo que quiere. Si empieza a nublar sus anhelos con
temores, dilaciones o incertidumbres, sólo logrará ponerse obstáculos.
¡A NO OLVIDARSE!
Recuerde: Realice una síntesis de su deseo identificado
(paso 1), declare su deseo (paso 2) y, finalmente, crea que es posible
concretarlo (paso 3). Y recuerde, evite los “no puedo”, “todavía no”, “no me lo
merezco”, etc. Transforme lo negativo en positivo
No hay comentarios:
Publicar un comentario