domingo, 7 de mayo de 2017

EL ORIGEN DE CRUZAR LOS DEDOS


El hecho de cruzar los dedos lo hacemos de forma habitual cuando queremos que algo nos salga bien. Para atraer así la buena suerte en nuestro propósito. Es un gesto que se viene realizando desde hace miles de años.
Los mitos y las supersticiones han acompañado a la humanidad desde el principio de la historia. La razón, es que el hombre siempre ha buscado y buscará motivos y respuestas en su entorno.
Los arqueólogos sitúan las primeras supersticiones hace 230.000 años, en la época del hombre de Neanderthal.
 Desde los primeros cristianos, se asocia al hecho de cruzar los dedos la intención de representar una cruz que aleja a la mala suerte y así protegernos con ella.
En los inicios del cristianismo se creía que, si escondían el dedo pulgar debajo de los otros, los fantasmas y malos espíritus se alejarían.
Actualmente está considerada una señal de buen augurio en prácticamente todo el mundo. Aunque es cierto que, en las culturas budista y musulmana, no es muy usual. De ahí que esta superstición esté vinculada con la religión cristiana.
Hay otros estudios de la antropología que creen que su origen es incluso más antiguo. Lo asocian a una costumbre pagana.
El cruzar los dedos también significaba desear suerte a otra persona. De ahí la frase: “Cruza los dedos para darme suerte”.
Hoy somos millones de personas las que continuamos haciendo este gesto sin pensar, es un signo para atraer a la suerte en lenguaje universal.  Es posible que porque el simple hecho de cruzar los dedos desenado la buena suerte nos haga sentir más seguros de nosotros mismos mientras esperamos que ocurra lo que tan ansiosamente deseamos.






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