Generalmente en forma de puntas, translúcidas o semitransparentes. Pueden ser de varios colores, pero el blanco suele ser el más común. En apariencia es como cualquier cuarzo, con la diferencia de que, en su interior, presenta formaciones e impurezas en forma triangular o de bandas que asemejan a polvo blanco congelado dentro del cristal
Representa las conexiones de nuestras dimensiones internas, y a menudo se le relaciona con las vidas pasadas del alma. Facilita la conciencia espiritual, retirando las capas periféricas para revelar nuestra verdadera esencia, como una "cirugía etérica", para abrir el camino a la acción del karma. Es uno de los cristales que permite un mejor acceso a los registros Akáshicos, sobre todo a la hora de recuperar recuerdos reprimidos y re encuadrando los antiguos contratos espirituales. Facilita las regresiones, y nos lleva a los estados "entre vidas" para descubrir el plan actual de nuestra existencia, liberándonos de imperativos que ya no nos sirven. Suaviza todo tipo de transiciones y nos muestra cuál podría ser nuestro próximo paso.
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