Los movimientos que hacemos con las manos, o con los dedos
influyen más de lo que creemos.
Para ello, existen numerosos ejercicios que deberíais
acostumbraros a practicar.
En esos momentos en los que el cansancio invade cada
partícula de nuestro cuerpo, cierra la mano derecha y, separando el pulgar, la
hacéis girar hacia la derecha y después hacia la izquierda. A continuación,
moveréis dicho dedo hacia arriba y hacia abajo.
Para potenciar la voluntad de emprender un trabajo, comienza
por cerrar el puño. Este gesto es una manera eficaz para haceros propietarios
de todas las fuerzas que tenéis a vuestra disposición. Manéis el pulgar siempre
en dirección al exterior, doblado sobre los dedos pero jamás lo introduzcas
dentro del puño.
Un tercer movimiento os ayudará a dominar las energías que
hay en ti y podréis indicar la dirección correcta: Con el pulgar y el índice de
la mano izquierda debéis tocar, uno tras otro, los dedos de la mano derecha,
apoyando ligeramente de abajo a arriba.
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